Situado en Turkmenistán, es hoy uno de los cónclaves más curiosos del planeta.
No se trata de un cráter provocado por la actividad volcánica o la caída de un meteorito, sino de una prospección de gas abandonada por los soviéticos ¡en los años 50!
Hoy todavía sigue ardiendo debido al gas que continúa albergando y por el momento se desconoce cuándo podrá apagarse.